Miguel Ángel Praticò

Miguel Angel Practicò

Miguel Ángel Praticò es un dibujante y artista argentino al que hemos tenido el placer de entrevistar. Este encaló distintas artes, aunque básicamente centró su carrera artística en el dibujo, sobre todo, la sátira dibujada. De su amplia obra podemos destacar una serie de 150 originales cómico-satíricos sobre la Exposición Universal de Sevilla de 1992 en los que incluye todo lo que sucedía en dicho evento y que fueron titulados como La “Expopeya” Universal. Por otra parte, también fue el diseñador de Plateriyo, la mascota del Jardín Pabellón Andalucía (Andalucía de los Niños) de 1991.

¿Qué le aporta a usted dibujar? ¿Lo considera tan solo un medio de evadirse, una simple afición, o como un trabajo a partir del cual poder ganarse la vida?

Puedo interpretarla de las dos formas. Bueno, afición es congénere con el hecho de trabajar en esto. Yo pienso que cualquier trabajo, al mismo tiempo que se haga con deseo y con ganas de hacerlo, es una afición. Hay gente que no, que trabaja por necesidad de ganar plata y no tienen devoción; incluso protestan.

¿Recuerda desde cuándo le viene a usted dicha afición? ¿Algún miembro de su familia le alentó a dibujar?

Desde que nací. Además, cuando mi familia descubrió mi pasión por el dibujo me alentaron, pero no había ningún miembro que compartiese mi apego al dibujo también.

¿Y de dónde saca usted la inspiración a la hora de dibujar?

No te lo sabría explicar, está en mí. Es muy propia a todos los que se dedican a esta historia. Esto es como los goles de Messi, que vos decís cómo ese genio explica esos goles que hace; él no te lo va a saber decir pero lo hace. Es lo mismo, y cada uno en su trabajo.

¿Existe algún tema que repitiese más a la hora de dibujar, que le pareciese más relevante?

Sí, te lo diré entre comillas: que dijera “algo”; y con eso está todo dicho, porque ese “algo” encierra el contenido total de lo que hacía.

¿Qué crees que le llama más a una persona al ver un dibujo: si está bien dibujado o lo que expresa?

Si es bonito, me agradará por lo bonito, pero lo que expresa el dibujo es mucho más fuerte ya que determina el valor del trabajo. Hay algunos trabajos que podés hacerlo con muy pocas líneas.
En uno de los dibujos que hice, el de la torre Eiffel, hay un dibujo con una gallina. Un día necesitaba hacer un reportaje para una revista pero ese que lo tenía a mano no le daba mucha importancia. Y lo agarré de casualidad pero me dio mucha satisfacción por la emoción que le causó a la gente. Una chica de ver tan sensible al dibujo se puso a llorar y le dije: “hija, yo no quiero ser culpable de que te pongas así”. Yo después lo empecé a ver por eso. El hombre del dibujo está como cohibido. No le daba importancia a este dibujo y ahora sí.
No sé si el original de este dibujo lo tengo en Brasil, en Buenos Aires o en Madrid; lo tengo que encontrar. Este dibujo significa el momento anterior al luto, sea de un animal o de un mortal.

¿Cómo definiría el panorama actual del dibujante?

Hace poco vino alguien de Argentina, yo hace como quince años que no voy a Buenos Aires, pero es un centro de dibujantes calificado como uno de los mejores del mundo (al nivel de EEUU); bueno, tenemos el ejemplo de Quino entre otros. Total que a este alguien que vino de Argentina le pregunté acerca de la situación de los dibujantes, y parece que progresó. Entonces le pedí que me diese algunos nombres de nuevos dibujantes surgidos allá. Puedo citar a Liniers, de Argentina.

Ilustración de Miguel Ángel Praticò

¿Qué consejo le darías a jóvenes dibujantes?

Que sean lo más natural posible. Desde mi experiencia, y por lo general, siempre me salían los dibujos como los pensaba al principio, pero a veces los reemplazaba por algo que me impactara más. Así que no se debe tener miedo o frustración a volver a rehacer cualquier dibujo. El coraje es fundamental.

Aparte del dibujo, ¿a qué otras artes se ha dedicado?

Algunas cosas sí que escribí, pero privadamente, nunca las di a conocer. Y después algo de actuación también hice: sketches de muchos personajes como Charles Chaplin, Don Corleone (El Padrino), Rodolfo Valentino… Tuve una vida curiosa, ¿viste? No me puedo quejar.
A veces pienso que por lo que yo siguiera o pudiera seguir haciendo, ya hice bastante y a lo mejor del todo. Ahora en dibujo, tu viste que la gente se jubila; y cuando la gente se jubila se siente ya “caput”, muerta. El artista, por lo general, tiende a morir en un atril, en un tablero de dibujo o de pintura; bueno, fue lo que pasó con Picasso. Estamos imbuidos de ese espíritu o sensación de que vas a estar, aunque veas poco o no puedas dibujar bien porque te tiemble la mano, siendo artista siempre.

Ha colaborado con otros dibujantes como Quino, ¿qué le aportó este tipo de experiencias a su carrera profesional?

Me aportó muchísimo, porque acá en Sevilla me compararon con Quino con respecto a la Exposición Universal que tocaba casualmente acá en Sevilla. Fue un título que me pusieron, que para mí fue un halago, pero me quedé muerto al verlo publicado; me pusieron “el Quino del Guadalquivir”. Fíjate tú, semejante honor.

Además de La “Expopeya” Universal, ¿hizo más aportaciones para la EXPO 92?

Yo asistí hace mucho, justo para la Expo 92, a la Universidad a consultar a los filólogos filológicamente por un término para una aplicación que yo había hecho. El dibujo que hice le puse de título “La Giraldilla” y yo quería saber si era original o no el término. Ello involucraba también que fuera filológicamente dictaminado. Aunque al final no se llevó a cabo porque lo consideré una pérdida de tiempo; porque yo justamente había inventado ese personaje y después me lo vi imitado. Lo cual me afectó moralmente. Muchas veces estas cosas ocurren.

Centrándonos más en usted, ¿posee aún objetivos que cumplir que se haya propuesto en un pasado pero no haya tenido la oportunidad de llevarlos a cabo?

Chaplin 2

Chaplin 1

No, posiblemente no. Ya cumplí la parte principal de esto. En cada trabajo que hago cumplo con el objetivo por el que hago este trabajo.
Recuerdo que hice una vez, exactamente el 25 de diciembre, fíjate qué fecha, de 1977. ¿Sabes quién falleció ese día? Charles Chaplin. Entonces, el diario, me encargó toda una página para que dibujase a un Chaplin y lo hice llorando de emoción. Porque yo una vez trabajando en espectáculos de sketches turísticos interpreté a Chaplin porque hice algo de carrera de actor. Entonces lo interpreté en ese espectáculo, e iba muy bien con dicha función. Por lo que al fallecer Chaplin sentí que pasaba lo mismo con una parte de mí. Me emociono solo de recordarlo. Este dibujo del que hablo me salió muy logrado y fue uno de los Chaplin más históricos y festejados.

Por último, ¿tiene algún referente más destacable además de Chaplin?

Tengo una anécdota. Hubo, en Norteamérica, un actor llamado Charlton Heston y él fue a Buenos Aires para promocionar una película y yo acudí como periodista dibujante para hacerle un dibujo en persona. Cuando vio el dibujo, se sorprendió y me dijo “Yo también dibujo, no tan bien como tú, pero estudié dibujo”. Hablaba más o menos bien castellano, y le digo: “Bueno, ¡coincidimos en algo! ¡Qué alegría!”. Y agarró y me dijo: “Tú, me dibujaste para el diario a mí. Y yo, te quiero dibujar a ti”; y me quedé helado. Y él me dibujó, un original de Charlton Heston, fue muy emocionante.

Muchísimas gracias por permitirnos entrevistarle, ha sido todo un placer. Es usted una gran inspiración.