A la aventura

Feb 26, 2020 | reflexiones, Voluntariado | 0 Comentarios

La verdad es que no sabía muy bien cómo empezar este post así que voy a empezar contándoos por qué estoy aquí.

Bueno, yo llegué a Sevilla a principios de septiembre pensando en que la carrera de Psicología iba a ser un cambio en mi vida enorme, iban a ser todo emociones, cambios constantes, etc.

Sin embargo, cuando empecé mi vida aquí, en Sevilla, es verdad que hubo cambios: otro clima, otras personas, otra forma de vivir, otra forma de disfrutar, la carrera es increíble, tengo unas asignaturas con las que puedo disfrutar y he conocido gente maravillosa. Pero con el paso del tiempo me di cuenta de que quería dar un paso más, de que todo se queda en la teoría y no podía estar cerca de ayudar a las personas en algún aspecto, como siempre he soñado.

Entonces un día me llegó un correo. Un correo en el que nos ofrecían hacer un voluntariado con diferentes asociaciones. Y en este momento es en el que yo decidí emprender esa aventura. Había un montón de asociaciones, a cada cual más interesante, y yo siempre había tenido la ilusión de estar cerca de niños y poder hacerles más amenos los momentos de su vida en los que yo pudiera estar presente. No obstante, hubo un nombre, entre todos los que había escritos en ese folleto insertado en el correo como archivo adjunto, que me llamó especialmente la atención: Tiritas Creativas.

Tiritas Creativas fue para mi un nombre distinto que me suscitaba mucha curiosidad. Entonces, en cuanto yo leí ese nombre pensé “tengo que ir corriendo a buscarlo en internet”. Me puse a buscar su página web, a leer los proyectos que tenían en marcha y los posts que tenían escritos en su blog y me di cuenta de que era una asociación hecha para mí. Tenía todo lo que buscaba, parecía ser una asociación con buena gente y con buenas ideas que se daba a los demás y que entraba dentro de la idea que yo tenía en mi cabeza de “voluntariado”.

Y llegó el día del primer encuentro con unas de las chicas que están dentro de Tiritas.

Me sentí cómoda, feliz, emocionada, ilusionada, etc. Un sinfín de emociones nuevas, solo tenía ganas de empezar con ello. Después de un tiempo decidí empezar con el proyecto Maparra y cada vez que pienso que he podido disfrutar de hacerles las tardes más amenas, aunque solo sea una hora, me siento plena (así espero que ellas y ello se sientan al estar con nosotras).

Con esta nueva experiencia me siento y he sentido cosas que nunca me imaginé. Estás poniendo un granito de arena a situaciones difíciles mientras disfrutas y eres feliz.

Siempre imaginé cómo serían los voluntariados y siempre pensé en cómo te sientes cuando haces algo por los demás sin recibir nada a cambio y ahora me doy cuenta de que no quiero pensar más así. Tiritas me ha hecho ver que el voluntariado es mucho más que todo lo que nos imaginamos. El voluntariado es compromiso, son experiencias, es hacer algo CON los demás y quedarte con todas esas risas, con todas esas vergüenzas superadas, con esos abrazos, con la manera tan pura que tienen los niños de llamarte “maestra” y con las ganas de repetir esa hora una y otra vez.

Solo espero seguir mucho tiempo más haciendo lo que buenamente pueda para estar con los demás y seguir conociendo gente tan especial.

Esta experiencia te llena el alma.

Paula.              

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